Amilcar Barca

General y caudillo cartaginés, nació en el 285 a. C., perteneciente a la familia de los Barca (o Barka), que jugó un importante papel en la dirección de los asuntos políticos y militares de Cartago durante el s. III a. C. Su actuación más destacada fue en tres guerras: 1) primera Guerra púnica; 2) revuelta de los mercenarios contra Cartago; 3) ocupación de la parte meridional de la peninsula Ibérica. Fue padre de Aníbal . Durante la primera Guerra púnica fue enviado a Sicilia en el 247 a. C., donde obtuvo algunas destacadas victorias terrestres, sobre todo en Lilibeo, en el extremo sudoeste de la isla. El Senado cartaginés le apoyó frente a Hannón, otro jefe cartagocontemporáneo y rival. Se ha supuesto que éste representaba los intereses de las clases terratenientes cartaginesas, mientras que A. B. sería el candidato de los ricos comerciantes y navieros.

Sus éxitos en tierra fracasaron como consecuencia de la derrota naval de las islas Egades (242), en que, perdida la flota, los cartagineses no pudieron sostener las tropas de Sicilia, y tuvieron que pedir la paz. Terminada la guerra, gran número de mercenarios de diversos países mediterráneos (iberos, celtas, baleáricos y principalmente libios), se rebelaron porque el Estado cartaginés no les concedía la paga previamente fijada. La guerra, desarrollada en territorio cartaginés, fue cruel. Después de varias tentativas A. B. fue encargado de acabar con los sublevados, lo que llevó a cabo implacablemente: es famoso el hecho de haber dado la orden de condenar a morir aplastados por las patas de sus elefantes a varios prisioneros, en respuesta a otras escenas atroces ordenadas por los mercenarios. Pero su fama principal proviene de haber dirigido las fuerzas que comenzaron la ocupación militar cartaginesa de la península Ibérica.

Desembarcó en Gadir (Cádiz) en el 237 a. C. con un ejército compuesto básicamente de mercenarios libios. Le acompañaban su hijo Aníbal y Asdrúbal. Sus campañas duraron nueve años, hasta el 229 ó 228 a. C., en que murió en acción de guerra, y pueden seguirse a través de los historiadores Polibio y Diodoro de Sicilia, sobre todo. La primera fase de la ofensiva consistió en la ocu­pación del valle del Guadalquivir, donde halló fuerte resistencia por parte de los indígenas -turdetanos y celta-, entre cuyos caudillos se citan a Istolacio e Indortes. Este último, prisionero, fue mandado ejecutar por A. B. mientras que a los indígenas que capitaneaba -se dice unos 10.000- les dio libertad. Es una muestra de la política de A. B. con los indígenas, mezcla de dureza y diplomacia, según las circunstancias. Continuó la penetración por el este de Andalucía llegando a un· punto de la costa que se supone en torno de la ciudad de Alicante, donde fundó una base militar cuyo nombre, transcrito en griego por Diodoro, fue Akrá Leuké. Su identificación con las ruinas del Tossal de Manises, ruinas sitas a 4 Km. al norte de Alicante, no tiene la menor base histórica, ya que se trata de una ciudad ibérica, según han probado las últimas investigaciones arqueológicas.

En un lugar incierto de esta zona, denominado en las fuentes Eliké y que con frecuencia se ha identificado con Elchy, tuvo lugar su última batalla. A. B. sitiaba la ciudad de este nombre cuando fue atacado por Orissón, rey indígena, que se dice utilizó el sistema de lanzar contra los cartagineses bueyes cargados con teas encendidas. En la retirada, A. B., perseguido, intentaba atravesar un río a caballo y murió ahogado. La guerra continuó dirigida por Asdrúbal y por Aníbal. Salvo sus actuaciones guerreras, poco se conoce de la biografía de A. B. Parece haber sido un militar de grandes condiciones, si bien su principal fama póstuma deriva de haber sido padre de Aníbal.