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Entre los años 711 y 715, los musulmanes ocuparon una parte de la Península Ibérica. La entrada de los musulmanes en la península se produjo con el desembarco en Gibraltar (Yebel Tárik), el 27 de abril de 711, de Táriq Ibn Ziyad lugarteniente del gobernador de Tánger (Musa ibn Nusair), lideró un ejército de 9.000 hombres. Poco después, el 19 de julio, los visigodos fueron derrotados. La monarquía goda, que por espacio de 200 años había reinado en España, se derrumbó cuando Tarik, con tan solo 7.000 beréberes, triunfó sobre el rey don Rodrigo el año 711 en el río Guadalete. La ocupación del sur peninsular con la implantación masiva de poblaciones norteafricanas se produjo rápidamente. La presencia de los invasores musulmanes al norte del Sistema Central era sin embargo prácticamente anecdótica, limitándose a guarniciones desde las que profundizar sus incursiones militares o razzias. |
Asi pues, el más que probable origen etimológico de (Andalucía) Al-Ándalus, vendría de la traducción Omeya; como la tierra de los vándalos. Nombre que pusieron los omeyas de Damasco.
Los diferentes reinos, no se doblegaron y casi inmediatamente comenzaron el proceso de reconquista, cuya principal victoria fue obtenida en el año 718, en la batalla de Covadonga. A esta batalla se llegó luego de la sublevación de don Pelayo un rey perteneciente al pueblo de los astures que habitaban en el norte de la Península, y que se opuso al dominio musulmán. Luego de ser tomado prisionero, logró enfrentar a los moros en Covadonga, situado en Asturias, siendo éste el primer reino cristiano, que se fue extendiendo progresivamente hasta tomar Lisboa en el año 798. El ultimo rey asturiano fue Alfonso III, que para evitar una guerra civil entre sus sucesores dividió el reino, formándose otros nuevos como los de León, Castilla y Galicia. |
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El Emirato y el Califato de Córdoba. El Emirato (756-929). Tras la invasión musulmana, la mayor parte de la península ibérica se convirtió en una nueva provincia del califato islámico (imperio musulmán), Al-Andalus. Al frente de este territorio se colocó a un Emir o gobernador que actuaba como delegado del Califa musulmán, por entonces perteneciente a la dinastía Omeya, con capital en ciudad de Damasco. Los musulmanes realizaron algunas incursiones por el norte de la Peninsula, pero fueron derrotados por los astures en Covadonga (722). También penetraron en suelo franco, donde ocuparon ciudades como Narbona, pero sufrieron un duro golpe ante el ejército de los francos en las proximidades de Poitiers (732). Esta batalla supuso el fin de la expansión árabe musulmana en Europa. A mediados del siglo VIII tuvo lugar un hecho clave. La dinastía Omeya fue víctima de la revolución Abasí, familia que se adueñó del Califato. Un miembro de la familia derrotada logró escapar, refugiándose en Al-Andalus, donde, gracias a los apoyos que encontró, se proclamó emir. Se trataba de Abd-al-Rahman I (756-788), con quien comenzaba en Al-Andalus el período conocido como emirato independiente, debido a que acabó con la dependencia política de los califas abasíes, que habían establecido su sede en la ciudad de Bagdad. Al-Andalus siguió reconociendo al Califa Abasí como líder espiritual del mundo musulmán. Abd-al-Rahman I fijó su capital en la ciudad de Córdoba e inició la tarea de construcción de un estado independiente en Al Andalus. Para ello necesitaba fundamentalmente tres cosas: un ejército, unos ingresos económicos, y sofocar las posibles revueltas de sus enemigos. El desafío al poder central de Córdoba fue una constante en las grandes familias nobles musulmanas asentadas en las diversas regiones de Al-Andalus. El Califato de Córdoba (929-1031) Un importante paso en el fortalecimiento de Al-Andalus se dio en el año 929, cuando el emir Abd-al-Rahman III (912-961) decidió proclamarse Califa, cargo en el que confluían el poder político y el religioso. “Nos parece oportuno que, en adelante, seamos llamado Príncipe de los Creyentes”, se escribía en una carta que el nuevo califa envió a sus gobernadores. El Califa residía en el alcázar de Córdoba, situado junto a la gran mezquita. Unos años después de su autoproclamación, Abd-al-Rahman III ordenó construir, al oeste de la capital, la impresionante ciudad-palacio de Madinat al-Zahra, convertida en residencia califal y en el centro del poder político de Al-Andalus. Almanzor y la crisis del Califato de Córdoba En las últimas décadas del siglo X, Almanzor se hizo con el poder efectivo en Al-Andalus; ejercía el cargo de hachib, una especie de primer ministro. Mientras tanto, el califa de la época, Hisham II (976-1009), vivía recluido en el palacio de Madinat al-Zahra sin ejercer en lo más mínimo el poder político. Almanzor, que basó su poder en el Ejército, integrado sobre todo por soldados beréberes, organizó terroríficas campañas contra los cristianos del norte peninsular. Su muerte en año 1002 inició el proceso de descomposición política (fitna) que llevó al fin del Califato en el 1031. |
En el siglo VII Jerusalén fue una de las primeras conquistas del califato árabe y a lo largo de las 3 centurias siguientes, la ciudad prosperó bajo el gobierno musulmán. Los estados europeos cristianos acudieron en ayuda del emperador bizantino Alejo que tras la derrota en la batalla de Manzikert en 1071 se encontraban acosados por los turcos. Asi, la coalición cristiana de Europa organizó lo que en definitiva seria el comienzo de la primera Guerra Santa. Trás una serie de batallas, entre Cruzados, Bizantinos la Cruzada logró tomar la ciudad santa de Jerusalén a los musulmanes. Los cruzados se encontraban liderados por una serie de figuras que ocuparon cada una un sitio importante en el transcurso de las sucesivas batallas entre ellos, Bohemundo de Tarento , italiano y de gran efectividad. Raimundo de Saint-Gilles, de procedencia francesa. Godofredo de Bouillon hijo del conde Eustaquio II de Boulogne. El conde Roberto de Flandes, el conde de Normandía. Balduino de Boulogne, hermano de Godofredo y Eustaquio III de Boulogne que tan pronto la Cruzada tomó Siria creó el estado de Edesa y se coronó como Rey de Jerusalén. Esteban de Blois y Tancredo que fue Príncipe de Galilea y regente de Antioquía. Por otro lado entre los líderes bizantinos había un mando único con el emperador cristiano Alejo I. También como figura a tener en cuenta estaba el Turco Taticio que se unió a la Cruzada. Vemos que solo por el lado bizantino había un mando unificado mientras que por el lado Cruzado observamos ejércitos con sus propios mandos que colaboran en conjunto. De entre los líderes musulmanes, Kilij Arslan, hijo de Suleimán Ibn Kutulmish, fue el segundo gobernante selyúcida de Anatolia, que venció en la Cruzada de Pedro el Ermitaño, pero fue derrotado en la primera Cruzada real, y obligado a abandonar Nicea. Ridwan Ibn Tutush, gobernador de Alepo, se le responsabiliza de las divisiones que facilitaron la invasión de los cruzados. Kerbogha emir selyúcida. Iftikhar al-Daula, al mando de la guarnición fatimí en Jerusalén en la época de enfrentamiento con las huestes cruzadas. El renacimiento del califato fatimí en Egipto comenzó bajo el autoritario gobierno del gran visir armenio musulmán Badr al-Jamalí. |
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Los francos, pueblo germano que habitaban en la Galia, iniciaron una política expansionista que incluyó la marca hispánica, territorio ganado a los musulmanes que pasó a poder del reino franco, que eran cristianos. Así se formaron el Reino de Pamplona, que luego sería el de Navarra, el de Aragón y los condados catalanes, donde se destacó el de Barcelona, que luego se uniría al de Aragón. Así lucharon durante ocho siglos, donde el reino de Portugal reconquistó el Algarve (parte occidental de la Andalucía musulmana) en el año 1249. Los reinos de Castilla y León reconquistaron la zona central, entre los ríos Duero y Tajo, y los catalanes y aragoneses ocuparon las costas del Mediterráneo, hasta que a los musulmanes sólo les quedó el reino de Granada, bajo el reinado de Boabdil, en el sur de la Península. Este reino contaba con grandes fortificaciones, torres y palacios, entre los que se destacaban los de Abaicín y la Alhambra. |
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A principios del siglo XIII el mundo mediterráneo está plagado de conflictos que van más alla del enfrentamiento entre cristianos y musulmanes en España y Tierra Santa. En éste mundo en el que la religión impregna todas las facetas de la vida, el conflicto tiene siempre tintes religiosos. Así vemos a los Papas luchar con los Reyes cristianos y a los Emperadores del Sacro Imperio Romano por la primacía de la política de la Cristiandad. Vemos el católicismo romano disputar el liderazgo de la iglesia universal a la ortodoxia bizantina; vemos a los herejes cátaros o valdenses discutir a la iglesia romana su monopolio como intérprete única de la doctrina de Cristo. Bajo este retablo de conflictos bulle un mundo de contrastes en el que la superstición, la guerra, la servidumbre y la escasez conviven con el crecimiento demográfico, los primeros pasos del renacer del pensamiento clásico y la intensificación del comercio. |
Así pues, se produciría una gran batalla, la mayor de todas las que hubo entre el Islam y la Cristiandad. Una batalla que marcaría un punto de inflexión en la lucha por el control de España, hizo saltar el cerrójo por la puerta de Andalucía y consolidó la frontera castellana en Sierra Morena facilitando las grandes conquistas castellanas en el siglo XIII, ésta sería LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA. Luego de las divisiones y fusiones a que se vieron expuestos los reinos, a fines de la Edad media, podemos reconocer la existencia de los siguientes: Castilla, Aragón, Navarra y Portugal, todos cristianos, y Granada, reino musulmán. |
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La cruzada contra el reino de Granada fue liderada por Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, que unieron sus reinos por su casamiento en el año 1469, a los que se adhirieron caballeros de toda Europa. Muy cerca de Granada, a sólo nueve kilómetros al oeste, los cristianos fundaron la ciudad de Santa Fe, para cobijar las tropas. En Málaga la Edad Media, que concluirá en Agosto de 1487, cuando los estandartes de Castilla y Aragón ondeen en las torres de Gibralfaro. El 25 de noviembre por medio de un tratado se estableció la rendición de la ciudad en un término de sesenta días. Los moros conservarían sus propiedades y su religión, entregando las fortificaciones y las armas. Su gobernante sería designado por el rey, concediéndoseles la posibilidad de emigrar a África si lo deseaban. |
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El 2 de enero de 1492, Granada se rindió. Las llaves de la ciudad fueron entregadas por Boabdil a Fernando, con estas palabras: “Tuyas son, oh rey, puesto que Alá así lo ha dispuesto; usa tu triunfo con clemencia y moderación”. En el año 1494, Isabel y Fernando recibieron el título de Reyes Católicos, por parte del Papa Alejandro VI. En los reinos cristianos reconquistados, los musulmanes continuaban habitando, siendo conocidos bajo el nombre de mudéjares, dedicándose por lo general a tareas agrícolas. |
También había gran número de judíos, que eran artesanos, comerciantes y prestamistas. Luego de la toma de Granada la tolerancia terminó y los que no se convirtieron al cristianismo fueron desterrados. Los judíos fueron expulsados en 1492. Los moros, si bien en el pacto celebrado en la toma de Granada se les reconocía la posibilidad de seguir profesando su culto, se inició una etapa de conversión a la fe cristiana de manera pacífica, aunque luego la evangelización adquirió características mas duras e intolerantes cuando se encomendó esa tarea al cardenal Cisneros, en el año 1499. Esta forma agresiva originó levantamientos que fueron reprimidos. |
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Ya en la provincia de MálagaMálaga fue sometida por Abdelazis, hijo de Musa y gobernador de Sevilla, quien hizo en ella gran destrozo, por lo que sus moradores huyeron a los montes inmediatos, donde se resistieron algún tiempo, hasta que negociaron con los moros las condiciones en que habrían de conservar su religión, leyes y propiedades. No garantizaron estos pactos, como es de suponer, una convivencia estable, sino que hubo persecuciones, y es posible incluso que se llegase a la desaparición de los cristianos, deportados a África. |
Los invasores africanos formaron una cora o provincia que abarcaba sensiblemente el actual territorio provincial malagueño, excepto Ronda y Campillos, e integraba, por la parte oriental, algo de la provincia de Granada. Dieron a esta cora el nombre de Rayya, de discutida etimología, y aunque alguna vez lo aplicaron también a la ciudad, generalmente a ésta le mantuvieron el nombre y pronunciación antiguos, Malaka, o bien Malica y Malicha. Los musulmanes, no obstante, no mantuvieron en ella la capital del distrito, que ostentaban bajo los visigodos, sino que, por razones probablemente estratégicas, la establecieron en Archidona, aunque antes del siglo XI recuperó la capitalidad. Fue residencia de los wallíes o gobernadores, que tuvieron importante protagonismo y poder. |
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Fueron los árabes habilidosos para la agricultura, expertos en el aprovechamiento de las aguas, buenos constructores de pozos, norias y acequias. Estas facultades, unidas a la fertilidad del suelo malagueño y a su clima, hicieron que desde Fuengirola a Vélez la costa fuese un higueral. Los alrededores de la ciudad se regaban con aguas del Guadalmedina Wad-al-medina, río de la ciudad. Ocho siglos de historia árabe. A principios del siglo VIII comienza el derrumbe de la monarquía goda y, a mediados de este mismo siglo, la penetración del Islam en la península ibérica desde las costas del Norte de África. |
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Este fenómeno se observa en la provincia de Málaga en el asentamiento de nuevos pobladores, árabes y beréberes y también con la huida a los montes de la población indígena. Tras la conquista árabe la ciudad formó parte de la región musulmana de Al Andaluz, llamada por ellos Malaqa. En el 743 entre definitivamente dentro del área de influencia árabe, tras años de sublevaciones de sus habitantes hispano romanos que serían sofocadas por el gobernador de la ciudad Abd Al Ariz, en 716. Con la sumisión de Bobastro ante Abd-al-Rahman III se impone totalmente el sistema islámico en la tierra de Málaga lo que se traduce en una etapa de paz y un nuevo esquema de población, basado en el desarrollo de las ciudades y la proliferación de alquerías en el mundo rural, con el florecimiento del artesanado y el comercio, así como de una agricultura intensiva con base en el regadío, en contraste con el feudalismo que sufría el resto de Europa. |
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Málaga, rodeada por un recinto amurallado provisto de cinco grandes puertas y con gran cantidad de de arrabales y barrios asimismo amurallados, dentro de los que evolucionaban los adarves, salpicados de huertas a orillas del Wad-al-Medina, y cruzada de este a oeste por una vía que comunicaba al puerto y la fortaleza con el interior del recinto amurallado; junto al recinto, se asentaban los barrios de comerciantes genoveses y las juderías, de forma independiente del resto de la ciudad. Tras la división en taifas llegó a ser capital de la taifa hammudí. Del urbanismo de ésta época, quedan trazas en el centro histórico y en dos de sus principales monumentos: La Alcazaba y el Castillo de Gibralfaro, además de un doble amurallamiento: la Coracha. Tras ello, el Califato de Córdoba se divide en casi una cuarentena de Reinos de Taifas. |
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En esta época Málaga fue la capital de su propio reino, Rayya, independiente con la excepción de los intervalos de 1026-1058 (conquistado por Granada), 1073-1090 (bajo dominio almorávide), 1145-1153 (bajo dominio almohade). Es el año 1089 cuando los almorávides son llamados por los Reinos de Taifas para solucionar problemas rivales, quedándose en Al-Andalus y arrebatando el domino a los regentes musulmanes. En ésta época, contaba Málaga con dos arrabales fuera de las murallas y un comercio que poseía un discreto radio de acción con Marruecos. La ciudad contaba con una clase media dedicada a la artesanía y al comercio regulada por el tratado del buen gobierno del zoco, redactado por el malagueño Al-Sagasti. Hasta 1143 no son expulsados de Málaga, donde, años más tarde, gobernaría Ibn Hud (hasta 1238) ferviente anti almohade. A la muerte de Hud, se ofrece la ciudad al rey de Granada Mohamed I, formando parte del reino nazarí hasta finales del siglo XV. |
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En esta época, vivían en Málaga unas 15.000 personas. En su conjunto, la población islamo-malagueña se atuvo a la ortodoxia religiosa más estricta bajo la tutela de los alfaquíes. Ortodoxia que respondía más a las normas de comportamiento social. La población no musulmana constaba de una importante minoría judaica mientras que la presencia de cristianos se reducía a los cautivos apresados en hechos bélicos, forzados a trabajabar en las Atarazanas, dónde se construían navíos ligeros para la vigilancia ribereña y el corso además de una pequeña colonia de comerciantes extranjeros. En la Alcazaba residía el gobernador de la ciudad, a menudo un príncipe nazarí, como delegado del sultán, rodeado de secretarios y juristas. |
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Sería, pues, Málaga una ciudad ceñida por una muralla jalonada de torres, con su foso y sus puertas, grandes y cubiertas de adornos. La alcazaba era de sólida fábrica y sus puertas bien seguras. Puentes salvaban el río. Era una ciudad completamente inexpugnable. Restos arqueológicos catalogados: loma Roja (restos medievales), cerro de San Antón, despoblado de Santo Pitar, despoblado de Jotrón, despoblado de reyna, despoblado de La Cabreriza, alquería de gálica, alquería de Juncares, despoblado de Cupiana, Macharalbornoz (casa morica), despoblado de Macharagaspar, Macharotán (Parque clavero), alquería de Mena (Campanillas), Alcazaba, castillo de Gibralfaro, muralla mazarí (de la Alcazaba a Carretería) y muro portuario, Atarazanas, restos de la Mezquita Mayor, Guadalmedina (restos de un puente medieval), edificaciones califales (calles Salinas, San Juan, Almacenes, etc.), necrópolis islámica de Yabal Faruh, ruda en la plaza de Capuchinos, arrabal medieval de Attabanim (Santo Domingo y Mármoles), arrabal medieval de Fontanalla, El Cipres (necrópolis islámica), conducción de agua medieval en Churriana, Etc. Actualmente, la calle frente a la Alcazaba, tiene el nombre de Hamet el Zegrí, último caudillo musulmán en defender la ciudad. Igualmente varias calles o lugares llevan el nombre de las distintas puertas de la ciudad amurallada islámica y en los mismos emplazamientos: Puerta oscura, Puerta del Mar, Torre-Gorda, Puerta Nueva, Puerta de Antequera, Puerta de Buenaventura y Puerta de Granada. En algunos puntos del recorrido urbano entre los lugares mencionados es visible aún restos de la antigua muralla. |
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LA CONQUISTA DE MÁLAGA POR LOS REYES CATÓLICOS
En 1348, mientras la peste negra asolaba toda Europa, la Alcazaba y Castillo de Gibralfaro toman su forma definitiva. La ciudad dispone de varias puertas que permiten el paso a través del recinto amurallado, cuyos nombre siguen perdurando hoy: Puerta Oscura, Puerta del Mar. La Conquista e Incorporación a la Corona de Castilla La conquista del reino de Granada comienza con la toma de Alhama por los cristianos en febrero de 1482. A los pocos meses, Muley Hacen se refugia en Málaga al ser destronado por su hijo Boabdil con el apoyo de los abencerrajes que habían regresado del exilio. Durante la Reconquista los árabes construyeron gran cantidad de torres de defensa para la ciudad; así, al oeste Torremolinos, al norte Puerto de la Torre (antiguo camino a Antequera), al noroeste las 11 torres de Alhaurín de la Torre (de las que no quedan restos) y la torre de Alhaurín el Grande y al este la de Torre de Benagalbón. La conquista de la ciudad de Málaga por los Reyes Católicos en agosto de 1487 supuso un episodio sangriento en la guerra final por la conquista del Reino de Granada. Después de un largo asedio cortando las entradas de agua y víveres a la ciudad, desde el 5 de mayo al 18 de agosto, el poderoso ejército castellano formado por 12.000 jinetes, 25.000 infantes y 8.000 soldados más de apoyo, logró tomar la ciudad defendida por 15.000 gomeres africanos y guerreros malagueños. |
El asedio de la ciudad fue uno de los más largos de la Reconquista, duró 6 meses y cortó el suministro de alimentos, rindiéndose estos el 13 de agosto de 1487, la población fue castigada a la esclavitud o a pena de muerte, con excepción de veinticinco familias que pudieron permanecer en Málaga, como mudéjares, en el recinto de la morería. La caída de Málaga en la siguiente fase de la guerra; los reyes Católicos expugnan diversas plazas, entre ellas Ronda el 22 de mayo de 1485, de la que era alcaide Hammet el Zegrí, cuyo nombre lleva una calle de Málaga próxima al circo romano, que se refugia en Málaga, donde encabeza la resistencia, pese a las ofertas de los Reyes Católicos para conseguir su vasallaje. |
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La conquista de Málaga supuso un durísimo y definitivo golpe para el reino nazarí de Granada que perdía así su principal puerta marítima.
En Málaga, el asedio empieza el 5 de mayo de 1487, resistiendo las tropas nasiríes (3.000 gomeles de las fuerzas regulares y otros 8.000 hombres armados) hasta el mes agosto, cuando sólo resisten la Alcazaba (bajo el mando de Ali Dordux) y el castillo alcázar de Gibralfaro (bajo mando de Hamet el Zegrí y Alí Derbal). El 18 de agosto, Ali Dordux, después de negociar su estatuto como mudéjar, rinde la Alcazaba, pero Gibralfaro tendrá que ser tomado al asalto, y sus defensores serán vendidos como esclavos, mientras Hamet el Zegrí es ejecutado. El rey Fernando de Aragón decidió aplicar un castigo excepcional y se negó a conceder una capitulación honrosa para los vencidos. Excepto el grupo del mercader Alí Dordux que rindió la ciudad a espaldas del arraez Hamad al Tagrí o El Zegrí que resistiría en el castillo de Gibralfaro unos días más, los 15.000 supervivientes fueron convertidos en esclavos. Entre 5.000 y 6.000 cristianos repoblaron la provincia (1.000 la capital). En un primer momento se levantaron cuatro parroquias en la capital: las iglesias; del Sagrario, dedicada a San Pedro, fundada en 1488 y reconstruida en el siglo XVIII, San Juan, Santiago y Santos Mártires. |
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Había de culminarse la conquista de Málaga y su tierra por los Reyes Católicos, en Agosto del año 1487, para que se recogiera toda una serie de datos sobre la ciudad que encontraron don Fernando y doña Isabel. Cronistas tales como Hernando del Pulgar, Alonso de Palencia o Bernáldez, que acompañaban a los Reyes, nos dejaron unas narraciones de los hechos tan detalladas que trascienden incluso el terreno topográfico. Por otra parte, los conquistadores se ocuparon en seguida en organizar el reparto de los bienes raíces de los vencidos entre los nuevos pobladores cristianos. Así, a los veinte días de aquel hecho histórico, el 7 de Septiembre, los Reyes nombraron los repartidores, encargándoles que hicieran un inventario de todas las casas y tierras, lo mismo incultas que de labor, para su posterior reparto entre los que se avecindaban en ellas, dándoles como título de propiedad la correspondiente carta de donación. Se repartieron casas y heredades, se autorizó la construcción de mesones y ventas, se fomentó la repoblación de los arrabales, entre otras actuaciones, recogiéndose todo ello en cinco volúmenes que se conservan en los archivos Municipal y catedralicio de Málaga. |
La ciudad empezó a cambiar su trazado urbano al adaptarse las nuevas construcciones al gusto de los reconquistadores. Se abre un eje longitudinal al que se añade otro transversal, en sentido noroeste-suroeste, cruzándose ambos en la "plaza de las cuatro calles", la Plaza Mayor (hoy en día, Plaza de la Constitución), y se empezó la construcción de la Catedral de Málaga sobre los cimientos de la mezquita mayor. Las iglesias y conventos construidos fuera del recinto amurallado que empezaron a aglutinar a la población dan lugar a la formación de los barrios de extramuros, como La Trinidad o el Perchel. En esta época tiene lugar la construcción del puerto y su posterior ampliación. El artesanado malagueño se divide en siete grandes bloques: textil, cuero, barro, metal, madera, construcción y alimentación. El 14 de febrero de 1502 se dictó la Pragmática que establecía la expulsión de los musulmanes de Granada que no se convirtieran al cristianismo. |
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Málaga se convierte en un lugar de salida para los excedentes agrícolas de Córdoba y Jaén, así como en punto de entrada y salida marítima de una serie de bienes que, al superar la demanda del mercado local, son llevados al interior de Andalucía. Del siglo XVI al siglo XVIII, se sucedieron epidemias e inundaciones provocadas por el río Guadalmedina, que se vieron acompañadas de varias malas cosechas sucesivas durante el siglo XVII, epidemias, terremotos, inundaciones, explosiones de molinos de pólvora y las levas de soldados (alistamientos forzosos). A pesar de ello, la población aumentó de 3.616 familias a 4.296. |
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Tras la conquista de Málaga, en Agosto de 1487, se produjo una adaptación paulatina de la estructura urbana de la ciudad musulmana a la nueva situación. Los bienes raíces de los vencidos, que fueron repartidos al clero y a la nobleza, sirvieron de solares donde se levantaron un buen número de conventos, ermitas y santuarios, edificios públicos civiles, tales como los hospitales de San Juan de Dios, San Julián y Santo Tomás; la alhóndiga, la casa del Cabildo, etc. |